jueves, 27 de marzo de 2008

Preguntas para comprender el paro del campo

Cuando una no tiene una gran competencia en Economía, y se preocupa por la situación política y económica, es docente y ama de casa y va al supermercado y no encuentra alimentos básicos, las preguntas son inevitables. Sólo después de responderlas estaríamos en condiciones de tener una opinión. De eso se trata ser un ciudadano responsable.
Las preguntas que me surgieronn son muchas:
1- ¿Qué son las retenciones? ¿Sólo al sector del campo se le aplican retenciones? Porque tal como las presentan los medios pareciera ser que es un nuevo método de robo a cara descubierta.
2- ¿Qué son las retenciones móviles? ¿Para qué se aplican?
3- Si no se hacen retenciones, ¿se garantiza de algún modo el abastecimiento del país?
4- ¿Quiénes son los que ganan con el campo? ¿Qué es el rentismo? ¿Cuánto se gana alquilando los campos? ¿Cuántos años de mi sueldo es la ganancia anual del campo?-como para llevarlo a un terreno que me es familiar.
5- ¿Qué se discute aquí: 200, 300 pesos? ¿Lo que se discute en una mesa salarial de cualquier gremio? ¿O hablamos de miles o millones? Porque se debe discutir mucho dinero, si el tema amerita desabastecer un país, parar un país.
6- Si a la soja se le da vía libre y no se incentivan otros cultivos u otras producciones, como el ganado, ¿no tendremos más campos estériles, y menos acceso a los alimentos de las góndolas de los supermercado? ¿Vamos a poder comprar 1 kilo de carne vacuna argentina o 1 litro de leche?, por dar un ejemplo.
7- ¿Cuánto gana un peón de campo? ¿Es acorde el salario de un peón de campo con lo que gana su patrón?
8- ¿Cómo se mide la soberbia? ¿De un lado? ¿Del otro? ¿O de los dos?

Nadie puede negar que el trabajo en el campo es duro, porque las condiciones climáticas influyen directamente y son imprevisibles, se pierden cosechas o producción. Pero también es duro el trabajo de cada uno de los argentinos y mucho más magros sus salarios.
La ostentación de poder, del poder de parar un país, es lo que me aterra. Y la ostentación de poder adquisitivo me mantiene reticente a admitir las argumentaciones del campo, justo en el momento que uno de mis alumnos abandonó escuela porque tuvo que ir a trabajar por míseros $50 semanales en una verdulería, porque si no lo hace, no come.
No soy partidaria de este Gobierno, de hecho, mi alumno debería poder dedicarse a estudiar, pero cuando estamos acostumbrados a pelear salarios que se desvalorizan todos los días, y que hay sectores de la ciudadanía que no comprende o no le importan los reclamos de un obrero, de un docente, o de un trabajador de cualquier índole, donde lo que se discute es supervivencia real me resulta difícil comprender que alguien con cien hectáreas pueda llegar a ganar por cosecha $150.000, por una razón simple, y llevándolo otra vez al terreno que más conozco: yo tardaría cinco años en tener ese dinero si ahorro totalmente mi sueldo anual. No sé si me explico, no tengo idea, como muchos de los argentinos, no puedo imaginar el espacio que abarca ese dinero, como para hacer tangible lo que explico.
Sin dudas se necesitan buenas políticas agrarias, sin dudas hay fallas en el sistema. Pero también una profunda incompresión llena los corazones de los argentinos. Lo peor de todo es comprobar que aún están vivas algunas frases de la última dictadura militar que hace que ciertas comparaciones se hagan presentes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo lo entiendo así, pero no todos...¡claro, les tocan los bolsillos! Por qué la clase media no salió a defender a sus maestros? ¿por qué sigue empleando en negro y nadie hace paro?

Yo también pregunto y me respondo.. entiendo poco y por eso opino poco, para no "ofender" por aquello de "en boca cerrada no entran moscas". Me preocupa el campo pues mi país se quedó sin campo... Mi experiencia me dice que si el campo funciona es porque "algo bueno" se esta haciendo...

Me preocupa que todos olvidan lo que eran hace años, yo lo ví de fuera, los ví caer y también los ví levantarse.. pero parece que no existe la memoria.

Tampoco apoyo a ningún partido, simplemente hoy vivo aquí, como de aquí y trabajo aquí... y me sigo preguntando ¿por qué no hay caceroladas por tu alumno? quién te apoyaría si la iniciaras? Me pregunto y me pregunto... Después de todo, el aula es una trinchera.

Besos

Anónimo dijo...

CAMPO O CAMPESINOS ?‏
De: Ricardo Oscar Boserup (ilpostino96@hotmail.com)
Enviado: jueves, 27 de marzo de 2008 03:51:42 p.m.
Para:

UNA OPINION QUE PUEDE SER TENIDA EN CUENTA ( O NO ¡¡¡)

A no confundir “el campo” con “los campesinos”

El conflicto que se vive en Argentina por “la rebelión de los productores rurales” y que ha sido reproducido en medios de comunicación de todo el mundo, requiere de un análisis profundo. En este país “el campo” y “los campesinos” desde hace unos cuantos años no son la misma cosa. Abordaremos el caso de Argentina, pero este es un modelo que se reproduce, en mayor o menor medida, en toda América Latina.
Desde la década del '90, con la presidencia de Carlos Menem, se comenzaron a producir grandes cambios en el sector agropecuario. La sojización del campo, trajo aparejada una fuerte concentración de las tierras más fértiles en manos de los llamados pool de siembra y su consiguiente éxodo de mano de obra excedente hacia las grandes ciudades.
Cientos de miles de familias de campesinos, se fueron viendo forzados a abandonar el campo presionados por un nuevo modelo de agricultura, que no necesita agricultores. Los pequeños productores fueron siendo sistemáticamente fagocitados por los pool de siembra y hoy la Argentina toda, es una inmensa plantación de soja, que ya ocupa casi el 70% de la superficie total sembrada.
Desde el gobierno se plantea que la suba en las retenciones a la soja, está pensada como estrategia para desalentar el incremento de este cultivo a lo largo y a lo ancho del país, ya que los extraordinarios precios internacionales obtenidos por el monocultivo de la soja, desalientan la producción de otras siembras como el trigo, el maíz y otros productos agrícolas necesarios para abastecer al mercado interno.
Por otra parte, no olvidemos que los monocultivos incentivan el uso de fertilizantes y agroquímicos altamente contaminantes. Que producen desertificación, contaminación del agua y pérdida de biodiversidad.
Estamos de acuerdo con que las retenciones, así como están planteadas, concentran la riqueza en Buenos Aires. Pero la solución a esto pasa por que el gobierno debe incrementar el gasto nacional en aquellas regiones que lo necesiten, alentando la diversificación de cultivos y apoyando la creación, financiación y el trabajo de las PyMEs y los campesinos, que son los mayores creadoras de empleo y productores de alimentos.
Se ha instalado desde los medios de comunicación la falsa premisa de que “el campo” es el que alimenta y financia al país. Esto es una doble falacia, en todo caso los que proveen de alimentos al país son “los campesinos”, ya que “el campo” solo produce soja para exportar. Y financieramente, los ingresos que genera “el campo” para el país provienen de las retenciones, que son el motivo de su protesta.
El verdadero problema de fondo es la concentración de la tenencia de la tierra, pero esto por ahora ni se debate. Los alimentos no pueden ser objeto de ganancias ilimitadas. La Biodiversidad es una riqueza de los pueblos y la tenencia de la tierra, debe estar en sus manos.
El futuro de los campesinos, la sustentabilidad de la tierra, la contaminación del agua, la pérdida de diversidad biológica, la desertificación, la soberanía alimentaria; no dependen del porcentaje de las retenciones, sino de un modelo de país.


Ricardo Natalichio
Director
rdnatali@ecoportal.net
www.ecoportal.net

Jorge Capello.