martes, 29 de abril de 2008

Hoy ha sido un día apacible, me he levantado sin dolores de espalda, pero sospecho que mañana tendré otros, he estado toda la tarde en la computadora. ¿Se para la cabeza en algún momento? No sé, supongo qué sí, pero qué bueno que aún funciona.

Hoy fue uno de esos días en los que mis alumnos - así lo interpreté- querían tomar vacaciones de mí y al rato de estar allí, yo también deseé mis vacaciones de ellos. No fueron productivas las clases de hoy, salvo en los módulos de lectura, fue entonces estuvieron atentos y procuraron leer bien. Se ofrecían para hacerlo. Leíamos "La araña negra" de Jeremías Gotthfel, en 1º año "D". Acabamos de empezar, pero 29 páginas no está mal como comienzo, y de atención sostenida. Pensé que se iban a cansar antes. Hice que marcaran la hoja y cerraran los libros, "otro día continuaremos" - les dije-. No supe leer lo siguiente: ¿por qué si estaban tan entretenidos, fue difícil después retomar la clase? No me había sucedido nunca. Con otros cursos, luegos de unos minutos resultaba lo más natural retomar la tarea. Fue inútil intentarlo.
Pienso en voz alta... Hoy dí el módulo de lectura antes de tiempo, porque estaban tan ansiosos que cuando entré al curso ya estaban en rueda, sentados y con los libros en la mano. Tan extraño me resultó, que cuando entré al curso a las ocho de la mañana volví sobre mis pasos porque creí equivocarme de curso. Acabo de evocar esa imagen... estaban ansiosos. La semana anterior les había narrado el mito de aracné, y habíamos hablado de las numerosas historias surgidas de las arañas. ¿Puede ser por eso que hoy estaban listos cuando entré a clases? Fue eneludible la exigencia de comenzar la lectura del libro. Ahora me doy cuenta, me la impusieron. Yo había planeado otra cosa íbamos a leer en los últimos cuarenta minutos, como siempre lo hago todos los martes del año. Y sigo pensando...
Casi todos tienen el libro y hoy en realidad releyeron porque muchos me dijeron que ya iban por la página cuarenta. Pero la atención y la tensión eran notables. Fuimos haciendo notas marginales, sacando conclusiones parciales, leyendo indicios en las descripciones, poniendo atención en el cambio de climas, controlando las tradiciones. Fue raro, hermoso, pero cortar la lectura fue para no cansarlos. Pero luego no se pudo hacer nada nuevo.
No, ahora, reflexionando fue productiva la clase, lo que sobró de tiempo, estuvo demás. Debí salir al patio con ellos.

miércoles, 2 de abril de 2008

La despedida

Daniela Mercado

Daniela se ha ido, partió con el circo ayer u hoy. Los días previos a su partida la he visto con sus compañeras charlando y riéndose en los recreos. Era una más del grupo.
Pero no se fue sin despedirse, nos envió saludos:

"¡Hola profe!
Soy yo otra vez... Daniela.
Escribo esto para que sepa que me encantó lo que escribió sobre mis relatos de algunas tradiciones extrañas que cumplimos a "rajatabla" en mi familia...
Lo único que me queda decir es que disfruté mucho mi paso por esa escuela a la que voy a extrañar mucho, igual que a mis compañeros y profesores...
Hasta siempre...
Con cariño.
Daniela."

Daniela: A mí encantó tenerte como alumna. Te pido que de vez en cuando enviés señales de humo o un mail a soalvarez01@hotmail.com
Te tendremos al tanto de lo que ocurra. Gracias nuevamente, por tus historias y comentarios.
Gracias por acompañarnos un trecho del camino. Nosotros también te extrañaremos.
Un abrazo enorme y hasta siempre.